Diciembre de 2020…

Creo que como todo el mundo, estoy esperando a que se acabe este año robado, para mirar al 2021 con mejores ojos… Pero, mientras tanto, no pienses que estoy parado. Y, ¿Qué he estado haciendo? Desde luego, sigo con mi trabajo «de verdad». Teletrabajando, resolviendo problemas a medida que salen. Pero bueno, hoy no he venido a hablar de eso.

Después de la buena acogida de «Resurrection» en el mercado angloparlante, me decidí a ponerme con la traducción de mi segunda novela, «Revolución«. Ya te he comentado por aquí que los sistemas de Inteligencia Artificial para la traducción de textos complejos todavía no están al nivel necesario. Sin embargo, sí me he apoyado bastante para hacerle una «primera pasada» al libro.

Después, he terminado (por fin) un primer repaso completo. Tengo que confesar que ha sido un infierno pero, como comenté en este blog, me alegro de que las IAs todavía no hayan alcanzado este nivel. Cambios de género, de sujetos. Traducciones extrañas de palabras, o quizá sea mi estilo personal. En cualquier caso, en este primer repaso he corregido buena parte de estos puntos, junto con el cambio de ortografía en los diálogos al estilo anglosajón.

Ahora, me toca una segunda lectura, más pausada y fijándome en los detalles. Quizá incluso lo lea en voz alta, si no me miran muy mal en casa. El objetivo, es tener la siguiente versión en una semana, justo a tiempo para publicar (al menos, la versión electrónica) antes de navidad.

Y, si lo consigo, en enero comenzaré con el tercer libro, «Rebelión«, pero con más calma, atento a lo que suceda con los dos primeros. Si los veo activos, quizá espere y presente «Rebellion» (ejem) al concurso para autores independientes de 2021… ¿Quién sabe? Como siempre, tendrás actualizaciones puntuales en esta web.

En paralelo, sigo con mis bosquejos de lo que podría ser un cuarto libro. Y promocionando la trilogía en español, colaborando con otros autores, que también querrían publicar algo para la campaña navideña. Y preparando una entrevista especial, para la semana que viene. Lo que no me deja tiempo (junto con la familia, los preparativos para las fiestas, el maldito bicho…) para dedicarme a la fotografía. Quizá el año que viene…

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