Vaya palabro. Pero no he encontrado una traducción correcta para el término en inglés «Foveated imaging«.
En mi libro «Resurrección«, hablaba de que se conectaba un sistema de visión a un cerebro humano (te lo vas a tener que leer, no te voy a dar muchos detalles más), ajustado de tal manera que sólo una pequeña zona de la imagen se representaba con mucha definición, mientras que el resto se transmitía con baja resolución, para optimizar el ancho de banda.
En teoría, esa estrategia simula el comportamiento del ojo humano, que tiene una mayor definición cerca de la fóvea (de ahí el término del título). De hecho, este efecto se utiliza ya desde hace algún tiempo en tecnologías de seguimiento de la mirada, para ensayos clínicos o, por ejemplo, para proporcionar herramientas de comunicación adaptadas a personas con discapacidades severas, que pueden controlar un ordenador mediante la visión.
Pero hoy, navegando casi al azar por Internet, me he encontrado un artículo (en inglés) sobre el nuevo procesador de la empresa americana Qualcomm, en este caso el Snapdragon 845. Entre muchas de sus virtudes, habla de que su procesador de imagen incluye la función de foveación de imagen, mediante la cual un dispositivo (teléfono móvil, tablet, portátil) puede decidir dónde está mirando el usuario, y representar ese área de la pantalla con mejor resolución – o bien el resto a una resolución peor, lo que reduce los requerimientos de cálculo del procesador. Toma ya. El artículo está fechado el 10 de diciembre de 2017. Mi libro se publicó a principios de Julio de 2017.
Me ha picado la curiosidad, y he llegado a un vídeo en la misma web de Qualcomm, que presenta esta función (XR Adreno Foveation)…
Y ahora, la cuestión filosófica. Sí, yo trabajo para Qualcomm. Pero nada remotamente cercano a esa tecnología, ni a los procesadores de imagen, ni a los microprocesadores para móviles. Dudo haber tenido acceso a esa información cuando escribí mi libro. Estoy casi seguro de que lo he leído en otro lado. Simplemente, no recuerdo dónde. ¿Lo leí en algún folleto público de Qualcomm y ha sido mi subconsciente quien lo ha trasladado al papel?
Por último, una reflexión breve. Esta es otra tecnología descrita en mi libro de ciencia «ficción» (que quizá ahora ya es sólo ciencia…), que yo planteaba disponible para 2030, y parece que estará en muchos teléfonos móviles alrededor de 2020, diez años antes… ¿No da miedo?