No me apetece escribir (¿con spoilers?)

Cuando comenzó todo este tema del estado de emergencia, pensé que era una buena oportunidad para darle un empujón a un par de libros que tenía en marcha. Durante un par de semanas, sacaría ratos perdidos para escribir, repasar, corregir y (con algo de suerte) publicar contenidos nuevos.

Sin embargo, apenas estoy escribiendo. Hay algunos motivos prácticos, como por ejemplo que ahora estoy compartiendo «mi» ordenador con mi hija, que tiene clases (y deberes) a distancia. Además, el mismo hecho de tener a los dos críos en casa sin poder salir requiere más esfuerzo por mi parte – aunque sólo sea para no volvernos locos y quemar el piso.

Pero hay otros motivos, quizá más oscuros. Desde que recuerdo, me ha gustado leer libros de ciencia ficción. De todo tipo, desde cosas extrañas rayando en la fantasía o el terror, hasta odiseas espaciales llenas de extraterrestres. Pues bien, en muchas de esas novelas se habla de gente que vive aislada, encerrada, por diferentes motivos (voluntarios, plagas, epidemias, guerras nucleares…), y de pronto salen a un exterior completamente nuevo, a una naturaleza que se ha recuperado por si misma sin la intervención de una (diezmada) humanidad.

Aquí comenzarían los spoilers, si quieres evitarlo sal de esta página con este link

Por ejemplo, «La fuga de Logan» (1976, https://amzn.to/2Uqyqya ) proponía una sociedad encerrada, en la que se mataba a la población al llegar a una cierta edad, como forma de limitar o controlar la población. El protagonista de la novela intenta huir de esa situación, y llegar al exterior que, según sus gobernantes, está destruido y es inhabitable.

Isaac Asimov tocó el tema también en su serie sobre los robots, por ejemplo en «Bóvedas de Acero» (https://amzn.to/2QGvjBf ) y «El sol desnudo» (https://amzn.to/2QCAYZ5 ), ambos libros de trama policíaca con robots y propuestas de modos de vida en «mundos exteriores», donde la gente vive aislada y usa sobre todo la videoconferencia (¿Te suena?). Ciencia ficción que ahora parece ligera, fácil de leer.

Otra aproximación era la de la «huida» de la humanidad hacia el futuro, como ya presenté en mi reseña sobre «Naufragio en el tiempo real» de Vernor Vinge. En ese caso, la humanidad desarrollaba un mecanismo para poner ciudades enteras en modo de «suspensión» durante largos periodos de tiempo, para evitar «malas rachas» (tendrás que leerla…). De nuevo, mucho suspense, con la ciencia-ficción de fondo.

Inicialmente, mi encierro voluntario por el Coronavirus parecía una oportunidad única: Podría escribir un libro como esos, dar rienda suelta a mi imaginación a la vez que añadiendo detalles «de la vida real». Pero la realidad está superando a la ficción, y poco a poco ya no me hace gracia el tema. Mundos arrasados, epidemias (o pandemias), paranoia generalizada…

Todo aquello de lo que me reía en las películas de zombis («les dicen que se queden en casa  salen») sucede cada día, la gente no tiene conciencia del peligro. Y, si no cambia la gente, se acercan tiempos malos, muy malos. Así que me voy a dedicar a mi familia, y a escribir menos. Y, si escribo, será algo de humor. Quizá humor negro. Pero algo que me sirva como válvula de escape de esta realidad tan extraña.

O quizá me lance por fin a trabajar en mi canal de YouTube… ya veremos. Por el momento, me quedo en casa. O, como dicen ahora, #YoMeQuedoEnCasa .

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