La competencia en la venta por Internet está más viva que nunca. Y todo este tema del confinamiento por el maldit0 Covid-19 no ha hecho más que alimentarla.
Cada empresa, cada negocio, ha tenido que reinventarse para adaptarse a los nuevos tiempos, y a las futuras nuevas costumbres de sus consumidores. Y, quien no lo haga, o no lo haga a tiempo, lo va a tener muy difícil.
El caso de los libros ha sido especial, como ya he comentado en alguna entrada en esta página web. Por un lado, las grandes editoriales seguían manteniendo los libros electrónicos como un «plan B», como una opción de menor categoría, porque los libros en papel les dejaban más margen.
Pero aquí es donde surgieron miles, quizá millones de autores (independientes o no), que decidieron poner sus libros muy rebajados, o en ocasiones incluso gratis, para hacer más llevadero el encierro de sus lectores. De pronto, las grandes librerías estaban cerradas, y las ventas de libros en formato electrónico de pago caían en picado. Toda la industria editorial se tambaleó, y se pararon muchos lanzamientos y promociones, en paralelo a la cancelación de las principales ferias del libro en el mundo.
Y, mientras tanto, ¿Qué estaba haciendo Amazon? Pues la tienda que surgió como una librería online se está dedicando a una labor más importante, la de la distribución de productos clínicos y de primera necesidad, relegando a otros productos a envíos retrasados, o incluso imposibles de comprar. Por supuesto, los grandes competidores (GooglePlay para dispositivos con Android, iTunes para la familia Apple, Barnes & Noble para su lector nook, Rakuten-Kobo…) han intentado ganar un pedazo del mercado global.
Ahora, están surgiendo más movimientos y alianzas para optimizar los mercados y conseguir llegar a nuevos potenciales clientes. En mi caso, quizá ya sepas que trabajo con Draft2Digital como integrador para varias tiendas (iTunes, Kobo, Scribd…). Pues bien, Draft2Digital ha llegado a un acuerdo con el consorcio francés Vivlio, fundado en 2012, que incluye a la mayoría de grandes editores (por ejemplo, Albin Michel, el editor independiente más grande de Francia) y librerías galas, como las de la cadena Cultura, con más de 90 locales en todo el país, o Système U (más de 300 tiendas). Además, por extensión, el grupo Vivlio también trabaja con otros países francófonos, de manera que distribuyen a tiendas (físicas y online) en Francia, Bélgica y Suiza.
Pues bien, todos mis libros «activos» están ya registrados y disponibles en la página principal de Vivlio. Según la tienda final y su tipo de negocio (y la demanda, si hay público que busca lectura en español – porque mis libros NO están traducidos al francés), tardaré más o menos tiempo en formar parte de sus catálogos. No tengo muy claro que vaya a conseguir muchas ventas desde el país vecino, pero ¿Por qué no intentarlo? En cuanto tenga una venta en ese canal, te lo cuento aquí mismo…