Técnica: Estilos predeterminados

Escritorio¿Alguna vez te has encontrado con que tu libro electrónico no tenía el aspecto visual que esperabas, similar a lo que veías en tu pantalla cuando lo creaste? ¿Qué ha sucedido para que tu libro se vea tan mal en tu Kindle?

Cuando estamos trabajando en nuestras primeras publicaciones, sean del tipo que sean, solemos caer en el mismo «vicio» del principiante. Jugamos con las opciones básicas de nuestro procesador de textos para ver «cómo queda» nuestro texto, si cambio el tipo de letra, su decoración, o incluso el color… Quizá hayas leído aquella versión de «La historia interminable» que incluía el texto a dos colores, y te pareció un efecto muy «chulo».

Y todavía jugamos más con los textos de nuestros títulos. Nuestros capítulos o secciones deben tener un aspecto impecable, deben motivar a nuestros lectores para seguir leyendo. Así que probamos diferentes combinaciones de tamaños, colores, fuentes… incluso interlineados. Al final, nos quedamos con una combinación de opciones que se ve bien en nuestra pantalla. Y, de pronto, el ebook que descargas de prueba desde KDP se ve horrible. 

Textos desalineados, demasiado espacio en blanco (delante o detrás). Una fuente que apenas se lee bien en la pantalla, o bien demasiado grande. ¿Qué ha sucedido? Vamos poco a poco… y voy a comenzar desde el final.

La teoría

Los libros electrónicos, en todos sus formatos (mobi, epub, etc.) partieron todos de una idea común. La de tener un texto que fluyese en la pantalla del dispositivo lector. Es su gran diferencia respecto a formatos con el diseño «fijo», como el PDF, que se utilizan principalmente para lo contrario: Para que nuestros contenidos se muestren de una manera muy concreta independientemente del dispositivo, algo muy útil, por ejemplo, a la hora de enviar una publicación a la imprenta para su edición en papel.

Ese punto de partida fue una generalización del formato HTML llamada XML (del inglés, eXtended Markup Language, lenguaje extendido de etiquetas), en el que el cuerpo del texto puede incluir etiquetas «invisibles» para el lector final, pero que afectan a cómo se representa ese texto en la pantalla. Efectos como la fuente, la decoración en negrita o cursiva… se definen mediante estas etiquetas. Además, el lenguaje XML permite, de manera similar al HTML, la definición de estilos prefijados para el texto. No necesitamos cambiar cada vez las etiquetas para producir el mismo efecto. Además, tenemos dos opciones.

La primera es la de definir, al comienzo del archivo HTML o XML, la lista de «estilos básicos» que utilizaremos en nuestro documento. Estos estilos (encabezados, texto normal…) todavía se pueden modificar localmente a lo largo del texto, lo que nos da un punto añadido de flexibilidad a  la hora de crear nuestros contenidos.

La segunda, mucho más potente, es la de crear una lista independiente (incluso en un archivo separado) de estilos «universales» que podamos aplicar a varios documentos diferentes, de forma que todos nuestros textos tienen un aspecto uniforme y más profesional. Esto se consigue mediante las «CSS» (Cascading Style Sheets, hojas de estilo en cascada). Las CSS pueden ser un archivo separado, o estar copiadas en el encabezado del documento «final» que subimos a Internet.

El dispositivo lector (Kindle o similares) tomará tu documento e interpretará esas guías de estilo, para adaptarlas a su pantalla. Si hay alguna configuración que no se puede representar (por ejemplo, las letras capitulares, que ocupan varias líneas al comienzo de una sección, y que algunos dispositivos no pueden mostrar), se ignorará. En la mayoría de las ocasiones, por ejemplo, no tendrá el tipo de letra concreto (Arial, Garamond, Calibri…) y mostrará otras que sí incluye de fábrica, aplicando los estilos concretos.

Y la práctica

Las buenas noticias son que los editores de texto modernos trabajan también en lenguajes derivados del XML. Microsoft Word, con su formato DOCX, y las suites como OpenOffice y LibreOffice con el ODT, generan archivos con estructuras XML (encabezado, CSS y contenido), que son relativamente fáciles de adaptar de un sistema a otro. Programas como Calibre permitirán la conversión directa de DOCX a epub y mobi, e incluso sitios como KDP y Draft2Digital ya permiten la subida del archivo DOCX para evitar un paso de conversión que pudiese introducir, potencialmente, errores en el documento.

Pero conviene que pongas un poco de tu parte, y trabajes aprovechando las opciones que te proporcionan estos editores. La forma correcta de trabajar es la de utilizar las listas de estilos predeterminados que proporcionan estos programas. En Word, por ejemplo, tienes la cinta superior que incluye la lista de estilos disponibles:

Como puedes ver, hay más estilos ocultos, que puedes mostrar haciendo click en las flechas de la derecha. Además, si este conjunto de estilos no te convence, puedes escoger otro conjunto, desde el desplegable «Cambiar de estilos». Al final, lo importante es que TODO tu texto tenga asignado uno de esos estilos por defecto. Habitualmente, el procesador de textos aplica siempre el estilo Normal, y tú debes aplicar otro estilo si quieres que sea diferente.

Lo mejor de todo, los procesadores de textos utilizan estas marcas (o etiquetas XML) en el texto para indicar ciertas posiciones. Por ejemplo, los índices y tablas de contenido se generan a partir de la posición de estas marcas. Es muy sencillo crear un índice con todos los textos que estén como «Título 1», por ejemplo.

Pero hay algo más: Puedes modificar tus juegos de estilos de manera individual. Para cambiar un estilo concreto de un juego de estilos, sólo tienes que marcarlo con el botón derecho del ratón y hacer clic en «Modificar«. El cambio que hagas de esta manera se aplicará a todos los textos que tengas con ese estilo en tu documento, lo que te asegura que no te dejes alguno sin modificar, si decides hacer un cambio radical… y Word te dará la opción de aplicar este cambio «para siempre», o bien sólo en el documento activo. ¿Por qué no probarlo?

Pero siempre, siempre (¡siempre!) da formato a tus textos utilizando las opciones disponibles en tu editor de textos. Eso te evitará muchos problemas posteriormente…

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