Esas son las dos espinitas que tengo pendientes, al menos a corto plazo. Sí, ya sé que he publicado un par de libros prácticos traducidos al inglés (de hecho, mi «Levels and Curves with GIMP» es uno de los que mejor se venden, y no sólo en Amazon). Pero, desde que saqué mi primera novela de ficción («Resurrección«, en 2017), llevo dándole vueltas a su traducción. Pero son unas 240 páginas, algo más de 60,000 palabras. Sé que es poco para una novela «actual» (te sorprenderías de lo cortos que son algunos clásicos), pero sé que la traducción me puede llevar bastante tiempo…
Por supuesto, no puedo pagar un traductor. El coste sería, simplemente, demasiado alto, para las ventas que espero. Pero, en cualquier caso, necesito una pausa tras terminar la tercera novela, así que quizá sí que me dedique a hacer esta traducción yo mismo. Como siempre, si consigo hacer un promedio de unas mil palabras al día (unas tres páginas), la versión en inglés de mi novela debería estar lista en un par de meses. Digamos, en Navidad. Eso me permitiría entrar mejor en el mercado anglosajón, como me consta que ya está haciendo G.G. Melies, un autor independiente con el que tengo contacto a través de KDP (tienes una entrevista suya aquí).
¿Y YouTube?
Pero claro, hay mucha gente que se está moviendo de manera muy activa, como forma de aumentar su presencia en Internet y ganarse un hueco en la vida de sus lectores. Es el caso del mismo G.G. Melies (mira su nuevo canal aquí), o de Jorge Balderas, que tiene un canal dentro de su acción «Espada Literaria». Ambos participan también activamente en el foro de autores de KDP, y me han animado a crear mi propio canal de YouTube.
En mi caso, la idea sería la de presentar las herramientas y técnicas que utilizo en mi proceso de edición, cómo le doy el formato a mis libros y cómo creo las portadas desde cero, siempre con software gratuito (salvo excepciones…), Tengo muy claro que es una forma ideal de presentar mis conocimientos, ofrecer los libros relacionados e incluso mis servicios editoriales.
Pero todavía hay algunas cosas que me frenan para «tirarme a la piscina». La primera, que no estoy cómodo delante de una cámara, y no me gusta mi voz «real». Pero supongo que eso le sucede a la mayoría de la gente. Después, quizá sea demasiado perfeccionista. Sé lo que podría hacer, cómo podrían ser mis videos. Y sé que tengo los conocimientos técnicos para hacerlo, y (casi) todo el equipo necesario. Y, por si fuera poco, también tengo gente en mi círculo de amistades que me está empujando para lanzar mi primer video. Entonces, ¿Por qué no lo hago?
Lo haré, tarde o temprano. La cuestión es decidirme, y dar el salto. Sé que podría crear una buena cantidad de videos, relacionados con mis artículos técnicos de esta web, o con mis libros. Pero también sé que debería hacer una planificación de contenidos, una propuesta inicial de calendario, preparar esos contenidos… Y se me hace una montaña. Sin embargo… No te preocupes. Tan pronto como tenga algo subido a YouTube, serás de los primeros en saberlo…