¿Alguna vez te has preguntado de dónde venía el término «caja alta» o «caja baja» al hablar de mayúsculas y minúsculas? Pues estas expresiones vienen, nada más y nada menos que de la propia industria editorial, y de las imprentas de tipos móviles, más concretamente. Por supuesto, son una influencia más del mundo anglosajón, que utilizaba los términos «upare case» y «lower case», respectivamente.
Y es que, al parecer, las letras individuales se almacenaban en cajas, de manera ordenada, con los dos juegos de caracteres de manera separada. En la caja inferior (o caja baja) se guardaban las letras minúsculas y los números. En la caja superior (o alta) se guardaban las letras mayúsculas, y los caracteres especiales.
Así, un tipógrafo experto podría trabajar de una manera más eficiente, con cada letra en un sitio «conocido».
Las bandejas o cajas de fuentes no eran algo estándar ni uniforme. Si te fijas en la imagen que he incluido en este artículo, verás que algunas de las casillas eran más grandes que las otras. Esto era un tema práctico, ya que ciertas letras (y dentro de un idioma determinado) se repetían más a lo largo de un texto, por lo que su frecuencia era mayor y se necesitaba una mayor cantidad de las mismas para componer cada página.