Si la vida te da limones… publica con LibreOffice

Esto es un no parar… Hace casi diez días que llevé mi viejo Mac al taller, para sustituir en HDD por un SSD nuevecito. Lo hicieron «casi» bien, y sí, he mantenido todos los archivos, y toda la información crítica. Pero ¡PERO! al hacer la clonación del disco duro, la licencia legal de mi Microsoft Office no se transfirió bien, y lo dejó inservible.

Aún tengo que probar un par de cosas, y desde aquí le doy las gracias a las pocas personas con conocimiento que están intentando ayudarme. Pero, de pronto, me encontré sin mi herramienta básica para la creación de publicaciones. Y justo cuando tengo un par de cosas para terceras personas, que debería acabar en cuestión de semanas. ¿No era suficiente con el confinamiento y el incendio en mi casa? ¿Qué más faltaba?

Yo ya había utilizado LibreOffice anteriormente. Sabía lo que era, y que era una herramienta válida para el 99% de las personas. Pero había unas cuantas cosas que yo domino en Word, y no tenía claro que se pudiesen hacer con LibreOffice. Así que me lié la manta a la cabeza y fui a su página web en español. Con gran sorpresa descubrí que acababan de lanzar su nueva versión, la 7.0.0. ¿Sería lo que yo andaba buscando?

La verdad es que fue un cambio el trabajar con una interfaz que no incluyese la omnipresente «cinta» superior de Microsoft. Aunque debo decir que pareció que me quitaba un peso de encima, que alguien que tenía vigilándome mientras trabajaba ya no estaba. Había vuelto a un procesador de textos «puro y duro». Pero aún tenía que pasar «mi» prueba.

¿Cómo hacerlo? Desde que publiqué mi última novela, «Rebelión«, no había vuelto a trabajar en nada propio. Al instante tuve la idea: Escribir un nuevo «Minilibro práctico» (este ya es el número siete), sobre cómo utilizar LibreOffice para preparar un libro, tanto en papel como en formato electrónico. Así, mataría dos pájaros de un tiro: Aprendería a manejarlo yo mismo, comprobando su validez (para mis planes), y de paso sacaba un nuevo libro. Todo sonaba bien.

Por supuesto, eso no funcionó así. El punto clave en mis maquetaciones complejas para papel, el de las secciones, NO estaba disponible en LibreOffice. ¿Sería posible que se les hubiese pasado por alto algo tan importante? Pues bien, después de bucear en la documentación en línea y en media docena de vídeos de YouTube, descubrí que LibreOffice trabajaba de una manera diferente a Word, más parecida a la de la maquetación tradicional… Pero, para saberlo, tendrás que leer mi nuevo libro, «Publica en Amazon con LibreOffice«.

Por ahora, en exclusiva en Amazon (es lo que tiene sentido) durante tres meses. Después, ya veremos…

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