Salvo que me leas desde el hemisferio sur, estarás de acuerdo conmigo en que este verano está siendo largo y complicado, en el tema de las temperaturas (vaya, y en mucho otros).
En mi caso, he tenido unas vacaciones algo más largas e intensas de lo habitual. Me ha dado tiempo de hacer muchas cosas… Casi de todo, menos escribir. El último esfuerzo en julio me dejó agotado, hasta que decidí no presentar mi quinta novela al concurso para autores independientes de este año, de Amazon.
En la práctica, paré de escribir a finales de julio, y no lo he vuelto a retomar, por ahora. Creo que es el periodo más largo sin escribir nada desde hace años… Pero todavía no estoy preparado. Sí he vuelto a promocionar alguna cosa y, de hecho, agosto ha sido un mes bastante bueno en ventas… Sin mi intervención. Pero no te preocupes, tengo nuevas ideas de cómo continuar mi historia.
Por cierto, mi libro «Color Creativo con GIMP» ha sido el mejor este mes pasado. Me produce una sensación extraña, ver que un libro con mi cara (sí, con barba y coloreada, pero soy yo) se esté vendiendo… Quizá he equivocado mi carrera y me debería dedicar al modelaje, como «hombre maduro». En fin.
Eso sí, el calor no solo me ha afectado a mí, y esta parte es la que me tiene preocupado. Por ejemplo, uno de los dos discos duros que tengo montados en mi viejo NAS casero (Un Synology 211J… Ahora ya van por el modelo 220J) está comenzando a fallar.
Claro que ese disco ya tiene unos años, creo que cinco… Esos discos fueron una gran inversión (para mí, al menos), cuando todavía vivía en Alemania. A pesar de llevar una vida fácil (para este tipo de discos: Solo conecto con mi ordenador, que hace copias diferenciales mínimas cada hora), uno de ellos (son dos Western Digital Red, de 3.0 Tb) produce «errores de consistencia» de vez en cuando.
Por ahora, los puedo reparar, en un proceso que lleva casi un día en completarse. Y, como ambos discos tienen la misma información, todavía no he perdido nada crítico. Pero ese NAS almacena más de 50,000 fotografías (llevo más de 25 años haciendo fotos…), y todos los archivos originales de mis libros (incluyendo los diseños de portada, por ejemplo).
Mientras no me toque la lotería, deberé cruzar los dedos y esperar que no haya un fallo crítico. Intento ahorrar un poco cada mes (pero el coste de la luz, el gas, la comida, el cole de los chicos… no ayudan), en previsión de que me toque reemplazar una parte de mi equipo. Y sí, antes de que me preguntes. Tengo copias externas, en discos duros y en «la nube» (que no deja de ser el ordenador de otro).
Eso sí, mi prioridad es, cuando llegue el momento, jubilar mi viejo iMac (va a hacer diez años en octubre). Pero el nuevo micro M1 de Apple no acaba de convencerme… Ya veremos lo que hago, el día que sea rico 🙂